jueves, 7 de marzo de 2019

Curso Educación Emocional - Sesión 3 (Nivel I)

 

En esta tercera sesión del curso de Formación de formadores en Educación emocional llamado "Educación emocional e innovación educativa. Nuevos enfoques y herramientas prácticas" que tuvo lugar en la tarde de ayer, Alma Serra nos recordó un poco las sesiones anteriores (ver aquí la sesión 1, y aquí la sesión 2) para insistirnos en que la clave de la educación emocional no es basarse en qué está ocurriendo, sino en las consecuencias de los actos. Así, debemos enseñar al alumnado que los problemas tienen diferentes soluciones y sólo ell@s son los responsables de sus acciones. Esto sube la autoestima y reduce el estrés, ya que tomamos el control de nuestra vida.

La sesión se ha centrado en la teoría del apego vista desde el enfoque educativo. El apego es el vínculo primario que establece un niñ@ con su figura de maternaje desde incluso antes de nacer, y que le proporciona la seguridad emocional indispensable para un buen desarrollo. Es el cordón umbilical psicológico. Si ese bebé sabe que se atienden adecuadamente sus necesidades, se regula y crea un apego seguro con su cuidador/a. Lo que ocurre es que no siempre el apego es seguro, y entonces debemos entender el origen y el tipo de apego en nuestro alumnado para poder ayudarle desde la escuela.

Cuando no sabemos satisfacer nuestras necesidades, no nos regulamos y entonces se crea un apego inseguro, y puede ser de tres tipos: evitativo, ansioso/ambivalente o desorganizado.

EVITATIVO: este tipo de apego es el de una persona que no fue atendida de la manera esperada y no recibió el maternaje adecuado. Pueden ser niñ@s que tuvieron que estar en una incubadora al nacer, o cuyas madres tuvieron depresión post-parto, o cualquier estilo de crianza o casuística por la que haya sentido falta de cariño. El niñ@ evitativ@ piensa que como alguien no estuvo disponible para él/ella, ahora no espera a que el mundo le dé la solución, "se busca la vida" y evita situaciones por miedo al abandono. Son personas a las que les cuesta trabajo expresar las emociones y les cuesta depender de los demás. Pueden ser l@s típic@s niñ@s "buenos", que pasan desapercibid@s en clase, que parece que "no estén" porque no se pronuncian, no participan. Si esto llega a ser un trastorno, pueden llegar a tener dificultades para relacionarse. La timidez por tanto también está relacionada. A nivel emocional son muy sensibles aunque no lo expresen, y suelen desarrollar la parte intelectual porque se refugian ahí.

ANSIOSO/AMBIVALENTE: en esta forma de apego, la figura de maternaje está físicamente presente, pero no interpreta bien las necesidades del bebé. El bebé quiere crecer, avanzar por un lado, pero por otro no sabe estar sin su madre. Es como un "contigo, pero sin ti", y viven en continua ansiedad. Han estado muy encima de ell@s y no saben dar sus propios pasos. Son familias sobreprotectoras. A veces pueden confundir y se puede llegar a pensar que son niñ@s con déficit de atención, pero lo que les ocurre realmente es que por no perder de vista al maestr@, no enfocan la vista en el papel o en la tarea que estén haciendo y por tanto, no la hacen. Tienden a buscar un grupo de amigos de apoyo.

DESORGANIZADO: este apego es el más complejo a nivel escolar, ya que son personas que no saben de forma ordenada las consecuencias de sus actos, porque son niñ@s que ante un mismo estímulo reciben respuestas diferentes. Son familias en las que los límites no están claros, o uno de los progenitores es muy rígido y el otro muy flexible y entonces el niñ@ no sabe a qué atenerse, porque cada vez ocurre algo diferente ante una misma situación. En la adolescencia es donde explota todo esto y a veces no nos explicamos cómo un niñ@ "ha cambiado" tanto, si antes no era así, y lo que ocurre es que ha estado sosteniéndose por mucho tiempo hasta que ya no ha podido más.
                                  Resultado de imagen de apego seguro inseguro

Además de estos tipos de apego, también está el apego secundario, el resiliente, el que hacemos el profesorado ofreciendo alternativas de comportamiento y haciéndole ver al niñ@ que no tod@s somos iguales, enderezando así un poco el "arbolito" de ese niñ@. Es una figura de espacio seguro que a veces la hace un grupo (tipo Scout por ejemplo). Conseguir que un niñ@ entre en clase y se sienta seguro es la base para que desaparezca el acoso escolar. A veces hasta se integran elementos propios de la casa en la clase: quitarse las zapatillas, incluir una "mesa camilla", etc. para asemejar el espacio del hogar.

¿Cómo aplicamos todo esto en el aula según el tipo de apego que nos encontremos?

- Evitativo: No confrontar ni exponer a ese niñ@. Se suele usar un elemento intermediario, de transición, para que conecte con el profesorado a través de un tercer objeto y no sea directamente, para no sentirse presionado por nuestra cercanía. Ofrecer actividades que conecten con el interior: musicoterapia, arte, ajedrez, etc. Pero nunca obligarl@s, para que se sientan segur@s. Aceptar que son así. El teatro por ejemplo no les viene nada bien porque l@s expone demasiado.

- Ansioso/ambivalente: hay que anticiparse con tiempo con ell@s para rebajar la ansiedad. Nada de actividades confrontadoras porque l@s "machacan". Para ell@s sin embargo, el teatro es ideal y ayuda mucho a regularl@s para que vayan saliendo poco a poco y vayan enfrentándose a la vida. Y si para tod@s es importante el mindfulness, para ell@s mucho más, porque les da muchas estrategias para saber "parar". Todo lo que sea expresión corporal también ayuda: baile, artes marciales, etc. En definitiva, disciplinas que l@s regulen.

- Desorganizado: por su complejidad, todo el centro debe estar a una con ese alumnado y coordinarse muy bien en las estrategias a utilizar. Hay que buscar momentos de escape-salida para ell@s. Las injusticias l@s descontrolan. Hay que darles funciones en los recreos, que es cuando peor lo pasan por estar lleno de estímulos, y tenerl@s cerca.


Como recurso general para todos los tipos de apego, ampliar el vocabulario emocional nos dará pistas para saber las necesidades del alumnado y nos dará nitidez para que sepamos mejor qué solución es la más adecuada para resolver los posibles conflictos. Para esta alfabetización emocional podemos ayudarnos de recursos como estas rueda de las emociones:


O estas tablas de doble entrada:




Y así, sabiendo qué nos pasa, será más fácil "parar, pensar y actuar", ayudándonos nuevamente del semáforo emocional y de la rueda de la resolución de conflictos, como los que vimos en la sesión 2.


O el uso del termómetro emocional para saber dónde me ecuentro:



Como resumen, el esquema de actuación que Alma propone es el siguiente:

1. IDENTIFICO LA SENSACIÓN.
2. ME LLEVA A UNA EMOCIÓN (APRENDO VOCABULARIO EMOCIONAL PARA IDENTIFICARLA LO MEJOR POSIBLE)
3. ESO ME AYUDA A VER CUÁL ES LA NECESIDAD QUE TENGO.
4. REFLEXIONO SOBRE LAS POSIBLES SOLUCIONES QUE TENDRÍA PARA ENCONTRARME SATISFECH@.
5. LA EXPRESO.
6. LLEGO A LA CALMA.
7. REVISO EN UNOS DÍAS CÓMO ESTÁ LA DECISIÓN QUE TOMÉ.

Para ello, también nos puede ayudar el uso de canciones sobre la temática, como ésta que nos puso y que nosotr@s usamos muy a menudo en clase de música:



La última sesión será la semana que viene y con ella concluiremos el nivel de iniciación el profesor Luis Pinto y la coordinadora Rosa Pérez, para poder transmitir toda esta formación al resto del profesorado y poder mejorar nuestros procesos de enseñanza-aprendizaje. La sesión 3 completa se ha grabado también y podéis verla aquí.

Para terminar, compartimos un video muy interesante que nos ha recomendado también Alma sobre neuroeducación y que resume muy bien todo lo que viene desarrollando durante el curso: 



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