martes, 29 de enero de 2019

Curso Educación Emocional - Sesión 1 (Nivel I)


Ayer por la tarde asistimos a la primera sesión del curso de Formación de formadores en Educación emocional llamado "Educación emocional e innovación educativa. Nuevos enfoques y herramientas prácticas", impartido por Alma Serra. El curso lo estamos realizando el profesor Luis Pinto y la coordinadora Rosa Pérez en representación del claustro, para después trasladar lo aprendido al resto de profesorado. La sesión completa podéis verla aquí.

En este primer día, Alma nos ha explicado que las emociones no pueden clasificarse como positivas o negativas. Que todas las emociones salen de dos grandes fuentes: el amor o el miedo, y a partir de ahí, surgen todas las demás. El amor hace que deseemos y favorezcamos el desarrollo integral de la otra persona o de mí mism@, si se trata del amor propio. Me acerca a otra persona o a mí mism@, mientras que el miedo me aleja. Así, la vida puede verse con las gafas del amor, o con las gafas del miedo.

Antropológicamente, hay estudios que demuestran que en el paleolítico las sociedades eran "matrísticas", éramos nómadas y para sobrevivir había que cooperar, trabajar unid@s. A partir del neolítico, el ser humano se sedentariza y en vez que colaborar un@s con otr@s, empieza a querer controlar, poseer, etc. y surge el patriarcado/matriarcado. Se pasa de la sociedad del amor a la sociedad del miedo. Se nos controla a través del miedo y es más fácil dominar a las masas.  En esta presentación se explica muy bien:




La educación emocional debe pasar del modelo de patriarcado al modelo matrístico, y "todo" es educación emocional, sólo cambia el modelo o la fuente desde la que queremos educar (miedo o amor). De la misma forma que enseñamos a sumar, restar, multiplicar, etc., las emociones son unas ecuaciones psicológicas básicas que vamos enseñándoles para ponerlas en práctica en diferentes contextos de la vida. Por lo que la mejor forma de aprenderlas es proponiendo a nuestro alumnado “problemas emocionales” que tengan que resolver, y practicar, entrenar esta capacidad, porque cada un@ vive las emociones de una forma diferente (teoría determinista vs. teoría constructivista de Lisa Feldman) dependiendo de su cultura, la sociedad en la que está y su experiencia personal. La propia Lisa lo explica en esta conferencia de manera magistral.


Por ello, es inmensamente interesante generar escenarios en las aulas para que nuestros niños y niñas puedan entrenarse en reconocer las sensaciones físicas, los problemas emocionales que se les proponen y poder resolverlos utilizando el pensamiento divergente: una situación tiene múltiples opciones para resolverse.

Así, cuanta mayor riqueza emocional, mayores competencias, mayor vocabulario, y con mayor nitidez seré capaz de ver las cosas y, por tanto, de resolverlas. De ahí la reflexión de que la educación emocional se basa en el vínculo con el docente y el día a día, sin tener necesariamente que adornar de "tecnología emocional" todo lo que hacemos. Es importante que el cambio sea personal (reflexión, planificación, propósitos, etc.) y luego vendrán las actividades y los recursos que utilizaremos para conseguirlo. Hay que saber adónde queremos ir y cómo vincularnos con nuestro alumnado.

También hemos diferenciado entre temperamento (carga genética que llevamos), personalidad (se va puliendo con las expectativas sociales que tengan sobre mí) y carácter (cronificación de la personalidad, lo que yo destaco de mi personalidad, la "máscara" que me puse y me la creí). Si no tengo facilidad para quitarme esa máscara, puedo acabar alejándome de lo que soy realmente. La educación emocional quiere que nos mostremos y que el alumnado se muestre tal y como es, sin miedo. Por ello, la teoría construccionista frente a la determinista de la educación emocional. La determinista parte de lo biológico, a que respondemos fisiológicamente ante determinados estímulos, mientras que la construccionista, reconoce que hay respuesta fisiológica pero va más allá, porque plantea que si tienes herramientas, puedes ser consciente y reconducir, cambiar lo que ocurre, reinterpretar lo que está sucediendo.

Por eso decimos que si construimos buenos escenarios para que el alumnado sepa reaccionar, es como darle "nitidez" a las emociones que sienten. Si escenifican algo que les ha pasado y les pedimos que hagan diferentes versiones de lo sucedido para que aporten diferentes soluciones, reconstruyen la historia para poner en práctica diferentes ecuaciones emocionales y poder elegir la más sana. De esta forma, ell@s tienen el control de cómo reaccionar ante lo que les ocurre, y podrán elegir cómo quieren vivir.

Nos ha encantado esta primera sesión y compartimos por aquí también otros recursos que nos han recomendado para profundizar más en el tema:





 





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